Una monumental oficina de correos

Si las construcciones que hemos visto hasta ahora eran escaparate de las últimas tendencias venidas de Europa, el Edificio de Correos y Telégrafos representa la arquitectura oficial anclada en el siglo XIX.

Así pues, el edificio mantiene sus raíces más clásicas, expresadas en su pétrea fachada, modulada por pilastras y semicolumnas. Su esquema es el mismo que el del edificio del Ayuntamiento situado frente a él: dos torres cubiertas con cúpulas en los extremos y un cuerpo central destacado verticalmente. Resultan muy curiosas las esculturas alegóricas a las comunicaciones, como la locomotora y el navío que coronan los remates laterales del cuerpo central de entrada.  A pesar de todo este clasicismo, también se aprecia la conciencia de esos tiempos modernos por venir en el diseño de la torre metálica que remata el edificio y que fue repuesta en 2004.

El espacio más destacable del edificio es su patio de operaciones: una gran sala oval cubierta por una vidriera con escudos de las 48 provincias españolas y nuevas referencias a las comunicaciones. Esta sala está abierta a los ciudadanos y su acceso es gratuito.